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Cuando los Donuts eran Donuts

Cuando los Donuts eran Donuts

Pertenezco a una de las últimas generaciones de niños sanos. Digo esto porque ahora desde la más tierna infancia, los niños padecen enfermedades de adultos como el colesterol o el azúcar, cuando no intolerancias a casi todo. Una generación que ha disfrutado de la denostada bollería industrial. Esa fabricada con grasas de dudosa procedencia, y que al parecer enganchan más que el tabaco o cualquier otra droga. Grasas que tiene nombre de monstruo de película de terror o de ciencia ficción, "grasas trans". Me imagino que por esa adicción convulsiva que crean estas grasas, la hora del recreo era uno de los momentos más felices del día. Recuerdo perfectamente ese olor a "Donuts" recién hechos envueltos en papel marrón con su azúcar inmaculado, y totalmente crujientes, que compraba en la tienda de ultramarinos que había al lado de mi colegio, con un nombre totalmente comercial, "Comestibles Mariano". Allí estaban en unas cajas amarillas mis queridos Donuts, además de otros compañeros como los Cuernos de chocolate, los Triángulos, las Palmeras y todo un sinfín de deliciosos manjares que por un duro podías comprar y disfrutar de su sabor, olor y textura. Me imagino que los componentes no han cambiado demasiado, pero a diferencia de antes, como en todo, hemos pasado de lo fresco a lo conservado, de lo que de lo perecedero a productos que duran semanas y semanas, envueltos en plásticos que los mantienen, pero que les hacen perder totalmente sus propiedades y cualidades. Los Donuts plastificados de ahora, cuando los vas a comer están blandos, el azúcar se ha deshecho, y han sudado... si han sudado, es como si al Donut antes de envasarlo le hubiesen hecho hacer 100 abdominales y carrera continua, y luego zas al plástico. Una desgracia. Todo ahora es más aséptico, más higiene y mas artificial. Antes los donut podían estar en un escaparate y cubrirse de polvo durante días, pero aun así sabían a donut, ahora están herméticamente cerrados,  eso sí, saben a rayos.

Me hace ilusión recordar los pastelitos de la casa Bimbo. Donde no solo disfrutabas de un delicioso bocado, sino que además te recompensaban con un cromo, incluso a veces con un pequeño juguete similar a los que aparecen ahora en los huevos de chocolate Kinder.  Quien no recuerda a "Bony", "Bucanero", "Tigretón", "La Pantera Rosa" o incluso anteriores a ellos y que duraron menos "Tunos". También estaba "Mi Merienda", que era un bollito tipo Hot Dog con una chocolatina en tabletas guardada en papel de aluminio, que luego se mejoro con el "Bollicao" que todavía perdura. Y los inolvidables "Phoskitos", con su eslogan "Regalos y Pastelitos".  Pero vamos a describirlos para deleite de nuestros paladares:

Donuts: Panrico

Que podemos decir. Circulo de bollo cubierto de azúcar o chocolate. Lo mejor del Donuts obviamente es lo de fuera, pero el agujero tiene su encanto, de hecho los hicieron sin agujero y un fracaso.

 Bony: Bimbo

Bizcocho relleno de crema con una capa de mermelada de fresa, cubierto con cobertura de cacao. Particularmente nunca fue mi preferido, eso de mezclar bollería y mermelada no va conmigo.

Bucanero: Bimbo

Me encantaban, pero lo fagocito el éxito de la Pantera Rosa. Era el mismo bollito con el mismo relleno pero si la cobertura rosa característica.

Tigreton: Bimbo

Bizcocho enrollado y relleno de mermelada de albaricoque y crema y cubierto con cobertura de cacao. Todavía se sigue fabricando con las mismas características que entonces.

Pantera Rosa: Bimbo

Siempre pensé como se hacía el color rosa de envoltura pero ahora preferiría no saberlo. Bollito con crema tipo nata en su interior, y con cobertura de chocolate blanco y azúcar teñido de color rosa. No os procupéis si habéis sobrevivido todos estos año, es porque no era tóxico.

Tunos: Bimbo

Fueron los que menos duraron. Pastelito similar al Phoskitos, redondo. Su interior era bizcocho de chocolate (similar al Browny), y con una tira de chocolate blanco en su parte superior.

Mi Merienda: Bimbo

Un sencillo bollito tipo HotDog que acompañado de cuatro porciones de chocolate con leche que venía recubierto de papel de aluminio. Era una especie de self-service, tu te lo tenías que abrir -con los dedos- y meter la chocolatina. O bien comértelo por separado, o bien ser un MacGiber y llevar una navaja suiza con todo tipo de instrumental para diseccionar el bollo. 

 

                                                

Tarzan: Panrico

Doble pastelito de chocolate con crema de nata. Similar al Bucanero de Bimbo. Tuvo gran tirón debido a que regalaba adhesivos com brillo de animales de la selva. También regaló muñequitos de plástico fusilados de los que saco Dunkin sobre diferentes animales de la salva, con alguna figura nueva de Tarzán. A mi particularmente me encantaban, porque Tarzán es uno de mis personajes favoritos, y en aquellos años era raro el Sábado que no emitian una película en blanco y negro de Tarzán. Todavía recuerdo el cachondeo en clase con el: "Si buana", "No buana", que decían los portadores negritos que aparecían en todas las películas y que siempre morían a los pies de los elefantes.

Tronkito: Panrico

Más que el pastelito en si me acuerdo de su anuncio: "Tronco va... y tronkito viene! Como podéis apreciar los colines tamaño extra grande ya existían.

 Yo por suerte he llegado a conservar tres de estas joyas que aquí os muestro, además de otros cromos y adhesivos regalo, espero que os guste y sobre todo que os haga recordar que a fin de cuentas es lo que pretendo.

 

Phoskitos: Nutrexpa

Pertenecen al mismo fabricante que el ColaCao o la Nocilla, garantía por tanto de éxito. Bollito con forma circular, con cubierta de chocolate, y relleno de crema nata. Lo original es que estaba montado en espiral y había auténticos artistas devorando Phoskitos. Algunos los desmontaban como si fuese la piel de una naranja. 

Todos estos artículos venían acompañados de cromos, adhesivos, incluso pequeños juguetes. De los cromos más sencillos -similares a los que regalaban con los yogures Clesa o Danone- se paso a los cromos y adhesivos más sofisticados: figuras con soporte,  adhesivos plateados, con brillos, purpurinas, hologramas, de las series infantiles más de moda en ese momento. Muchos de estas colecciones son a día de hoy prácticamente imposibles de conseguir, los álbumes generalmente si se consiguen son incompletos, ya que era imposible tener todos los cromos, salvo que acabases con todas las provisiones de pastelitos de tu ciudad y aun así te faltaría algún número.

Ahora todo es tan natural que no tiene ni azucares añadidos, ni conservantes, ni aditivos, ni grasas trans, ni aceites animales, ni aceites vegetales insanos como el de palma, pero todo te sabe como el agujero de los Donuts, es decir a nada